Consejos sobre sillas

¿Qué características debe tener la silla de trabajo?

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Trabajar durante horas delante del ordenador puede tener consecuencias para la salud: dolores de espalda, problemas de vista, molestias en cuello, brazos y piernas… Por eso, es muy importante que la silla de oficina sea de la máxima calidad. ¿Qué características debe tener la silla de trabajo? Descubre las cualidades que mejorarán tu postura corporal y, por tanto, tu salud mientras trabajas.

Características esenciales en una silla de trabajo

No podemos tomarnos a la ligera la elección de nuestra silla de trabajo porque son muchas las horas que a lo largo del día pasamos sentados en ellas con una actividad no siempre relajada.

Los dolores de espalda se han convertido en uno de los problemas de salud más frecuentes entre quienes trabajan en oficina y, por eso, debemos elegir la mejor silla de oficina para nosotros.

Por lo general, se recomienda que esa silla sea ergonómica porque ofrece una serie de prestaciones que no tienen otras sillas de oficina. ¿Cuáles son las características de una silla ergonómica?

  • Asiento regulable en altura y profundidad.
  • Respaldo reclinable.
  • Diseño adaptable a las formas del cuerpo.
  • Materiales que favorezcan la transpiración.

Por tanto, ¿qué características debe tener una silla ergonómica? En definitiva, debe adaptarse a la postura corporal para ofrecer una mejor experiencia al usuario, procurándole comodidad, confort, amplitud…

Para que esa silla de trabajo esté homologada, debe cumplir con unas normas estándar que hagan de ella una silla eficiente y recomendable para su uso. Eso significa que el diseño de la silla debe ajustarse a las características de cada usuario y reunir una serie de condiciones que están establecidas según los criterios de la norma UNE-EN 1335.

silla trabajo regulable

Asiento regulable en altura y profundidad

La primera característica esencial de una silla ergonómica es que el asiento sea regulable en altura y profundidad.

Es imprescindible que la silla de oficina permita adoptar no solo la postura adecuada, sino también realizar cambios de postura cuando se necesite, ya que eso evitará dolores de espalda posteriores.

¿Cómo ajustar la altura de la silla? Debe permitir que el usuario pueda poner completamente los pies en el suelo y que la cadera y las rodillas se sitúen en un ángulo de entre 90º y 100º. Además, la silla no debería topar con la mesa de escritorio.

 En cuanto a la profundidad, lo ideal es que quede un espacio libre de al menos tres dedos entre el borde del asiento y la parte posterior de la rodilla para evitar presión en las piernas, ya que esto puede causar problemas de circulación sanguínea. Por supuesto, cuanto más largo es el fémur, más profundidad de silla necesitará el usuario.

Respaldo reclinable

Otra característica esencial de las sillas ergonómicas para oficina es que el respaldo sea reclinable. El usuario debe poder regular la inclinación de su asiento en varios puntos, lo que le permitirá aliviar la tensión en la espalda cuando lo necesite.

La postura más correcta es la que no deja inclinación, es decir, que el asiento esté plano o con una leve inclinación hacia adelante para que la posición de la pelvis sea lo más natural posible. Para evitar molestias en la zona lumbar, lo aconsejable es que el respaldo de la silla esté en un ángulo respecto al asiento de unos 90º-100º. Así se tendrá un apoyo suficiente en la columna vertebral.

No obstante, si la silla permite un balanceo, facilitará al usuario que descargue tensiones. Poder inclinar la silla entre 120º-130º permitirá que la persona que se sienta en ella pueda reclinarse y estirarse cuando necesite aliviar tensiones en la espalda.

silla trabajo reclinable

Diseño adaptado al cuerpo

Las sillas ergonómicas también deben tener un diseño que se adapte a las formas del cuerpo. Esto significa que, para mantener la columna vertebral alineada y la zona lumbar protegida, lo mejor es que la silla cuente con una ligera prominencia lumbar, que permitirá tener un apoyo estable y mantener la espalda en una posición más natural.

Pero no todas las espaldas son iguales y, obviamente, las empresas no pueden comprar sillas hechas a medida de cada trabajador. Por tanto, una buena silla de oficina añadirá para el respaldo algún accesorio (tipo cojín) que permita regular la altura y la profundidad de la prominencia lumbar basándonos en las necesidades de cada usuario.

Se recomienda, además, que el asiento tenga una dureza media-alta (mejor que un asiento blando) y que el borde del asiento tenga cierta inclinación para evitar la presión en las piernas y favorecer una buena circulación sanguínea.

Materiales transpirables

Por último, también es imprescindible que una buena silla ergonómica esté fabricada con materiales transpirables. Por lo general, lo más adecuado es la malla o algún material similar, que favorezca el confort del usuario.

Si el trabajador tiene calor o se pone a sudar no será igual de productivo. Además, tampoco es agradable para nadie el contacto de espalda o nalgas con superficies que no sean transpirables durante varias horas. Por tanto, este aspecto es también fundamental a la hora de elegir la mejor silla de trabajo. ¡Y no se debe pasar por alto!