¿Qué es mejor para trabajar: luz blanca o luz amarilla?

Descubre aquí las ventajas y desventajas de trabajar con luz blanca o luz amarilla en tu entorno de trabajo y verás qué te conviene mejor a la hora de ser más productivo.

A la hora de mejorar nuestra productividad, son muchos los factores a tener en cuenta que pueden afectar positivamente o negativamente a nuestra capacidad de atención.

De hecho, como dato curioso, los seres humanos ahora mismo tenemos una menor capacidad de foco y concentración que la que tenían nuestros antepasados debido, principalmente, a nuestra mayor exposición a elementos distractores. 

Factores como un bombardeo constante de publicidad, la irrupción de la tecnología en nuestro día a día y recibir miles de estímulos como notificaciones o llamadas hacen que nuestra atención esté constantemente disgregada. 

Así, es importante que, siendo conscientes de este problema, tratemos de ponerle remedio a través de métodos o técnicas de concentración en el trabajo.

Uno de los elementos que precisamente afectan a nuestra concentración y que jamás pensarías en primer lugar es nada más y nada menos que la iluminación de nuestro entorno. 

¿Cómo afecta la iluminación a nuestro trabajo? De muchas formas: 

• en el estado anímico;
• en el confort visual;
• en nuestra productividad;
• en nuestra salud física y mental.

Por eso, una estancia iluminada con luz blanca o luz amarilla afecta más de lo que puedes pensar al rendimiento de tu trabajo. Por eso aquí vamos a contarte a continuación qué ventajas y desventajas tiene trabajar con luz blanca o amarilla y cómo puedes sacarle provecho adecuadamente.

¿Qué es la "luz blanca"?

Para definir luz blanca o luz amarilla, tenemos que hablar primero sobre la famosa temperatura del color.

¿Qué es la temperatura del color? 

Es básicamente medir la predominancia de alguno de los colores del espectro de luz sobre los demás. Es decir, el color blanco (o la ausencia de color) tiende hacia el rojo o hacia el azul en dicho espectro de luz.

Como ejemplo podemos poner dos momentos del día: el anochecer y el amanecer.

En el anochecer, los colores amarillos del sol se van debilitando hacia el azul de la noche, mientras que en el amanecer ocurre justo lo contrario: los colores se van anaranjando señalando la salida del sol en un nuevo día. 

En cada uno de esos momentos podemos decir que el color que predomina es el azul (en el anochecer) y el amarillo - rojizo en el amanecer. Esto, en términos cromáticos, quiere decir que uno tenderá hacia colores más fríos (los azules) y otro a los más cálidos (los rojos, amarillos o anaranjados). 

Aunque parezca subjetivo, esto en realidad es una escala de medición que se regula en Kelvin (con el símbolo K). Si la temperatura del color mide más de 5000 K, es un color frío, tendiente al azul, mientras que si mide entre 2200 - 3500 K, es un color cálido, tendiente al amarillo. Este es el motivo por el cual las luces frías tienen colores azulados y blancos, mientras que las luces cálidas muestran tonos más amarillentos y anaranjados.

¿Qué es entonces la luz blanca? Es aquella cuya temperatura se encuentra a partir de los 3500K. Aquí, de hecho, podemos distinguir dos tipos: 

• luz blanca neutra: la que está entre los 3500K y los 4500K. Es una luz blanca pura, más versátil, es muy utilizada en centros comerciales y en las viviendas (principalmente cocinas, baños o estudios). 
• luz blanca fría: es aquella que está entre los 4500K y los 6000K. Este tipo de luz cuenta con un tono más azulado, de tal manera que al mirarla se ve mucho más agresiva por la potencia que genera. 

Ventajas y desventajas de la luz blanca para trabajar

A la hora de juzgar si la luz blanca o no es más adecuada para realizar nuestras tareas del día a día, debemos resaltar los siguientes puntos:

• la luz blanca neutra es más estándar y menos agresiva, lo que hará que tengas que forzar menos la vista. Si estás trabajando en una estancia más polivalente, donde aparte de trabajar vas a tener reuniones o talleres, esta opción es la más idónea por ser más adaptable. Sin embargo, tu capacidad de concentración será más mermada.
• la luz blanca fría es más específica y más potente. Es perfecta para un estudio o zona de trabajo exclusiva porque facilita más la concentración al tener un mayor espectro visual para no forzar la vista. Por contra, tienes que procurar que esta luz no incida directamente sobre ti, sino que esté situada de forma transversal para que no sufran tus ojos.

¿Qué es la luz amarilla?

Siguiendo con lo que hemos comentado, la luz amarilla es aquella cuyo espectro visual se sitúa por debajo de los 3500K. En este sentido, podemos distinguir una vez más dos tipos de luz amarilla:

• luz cálida: la que está entre los 2200K y los 2700K. Es la luz amarilla pura, con un efecto muy potente a nivel de calidez.
• luz blanca cálida: está entre los 2700K y los 3500K, menos potente en calidez que la anterior, pero con tono amarillo muy notorio.

Ventajas y desventajas de la luz amarilla para trabajar

En realidad, tanto la luz cálida como la blanca cálida están más enfocadas en crear un ambiente de relax, de confort y de paz. No es lo más idóneo para espacios de trabajo donde debes estar más espabilado para realizar tus tareas, sino que están más pensadas para zonas de espera, rincones de lectura, habitaciones y, en definitiva, cualquier lugar donde el enfoque sea de ocio y tranquilidad y no tanto de trabajo.  

¿Por qué es así? Porque la luz azul afecta a nuestros ritmos circadianos y a la generación de cortisol, la hormona del estrés. 

De hecho, este es uno de los principales motivos por los que recomiendan reducir la temperatura del color en las pantallas cuando se acerca la noche para que no afecte a nuestro ritmo de sueño mientras consultamos el teléfono móvil. Así que, cuanta más luz azul, más espabilado y concentrado estarás para tus quehaceres. 

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