Ergonomia y salud

Dolor cervical: qué es y cómo prevenirlo

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El dolor cervical o cervicalgia es una de las molestias más comunes actualmente en la sociedad como consecuencia del tipo de vida tan ajetreado que puedas llevar y de tu poco cuidado al realizar ciertos actos.

Suele aparecer debido a sobrecargas en los músculos de las cervicales derivadas de posturas cotidianas incorrectas o hábitos desaconsejables. Sus molestias pueden reducir la calidad a la hora de conducir, leer o trabajar, entre otros muchos puntos a tener en cuenta. En este artículo detallaremos cuáles son sus causas, síntomas y tratamientos, además de exponer algunas pautas para prevenirlo.

Causas del dolor cervical

Las cervicales se encuentran situadas entre la cabeza y la columna torácica y son las encargadas de mover y situar la cabeza en la posición más favorable. Las causas más destacadas de la cervicalgia se encuentran en los resultados que proceden de diferentes anomalías en partes blandas, músculos, nervios, vértebras o articulaciones.

En algunas ocasiones este dolor es localizado en el cuello, pero otras veces puede extenderse a espalda, cabeza o, incluso, brazos. Debes ser consciente de que la columna cervical es muy flexible y tiene que soportar el peso de la cabeza. La causa principal de los dolores cervicales suele estar originada por lesiones en las partes blandas, debidas a deterioros progresivos o traumatismos producidos por malas posturas a la hora de realizar actividades diarias.   dolor cervical La postura es absolutamente fundamental al realizar ciertas actividades. Por ello, es muy importante que te sientes adecuadamente a la hora de trabajar o comer. De la misma forma, estos dolores también pueden provenir de malas posturas a la hora de dormir o al girar el cuello de forma brusca al realizar deporte o haber tenido un accidente de coche y sufrir un latigazo en la zona. En los casos más graves, existen otras causas como artritis cervical, fibromialgia, osteoporosis, tortícolis, esguinces, etc. 

Síntomas del dolor cervical

El dolor local en el cuello es el síntoma más notable ante un problema en las cervicales, y que puede hacer que esta zona se quede rígida y con dificultad para movilizarla, al igual que también lo es el dolor de cabeza.

Sin embargo, existen otros problemas asociados como los mareos, que aparecen al modificar la posición del cuerpo, y que, de hecho, en algunas ocasiones pueden ir acompañados de náuseas. Algunas personas muestran un hormigueo y adormecimiento en los dedos de la mano. Podemos encontrar numerosas formas en las que el dolor cervical puede expresarse.

Cómo prevenir el dolor cervical

Para saber cómo combatir el dolor cervical es necesario que tengas constancia de la importancia de mantener el equilibrio entre la cabeza y la columna vertebral. Te recomendamos llevar una alimentación saludable y hacer ejercicio diario para evitar la obesidad y la debilidad muscular de la zona.

Ambas afecciones pueden aumentar la posibilidad de modificarte la forma de la columna con curvas lumbares o dorsales y, por tanto, dar lugar a los dolores cervicales de los que estamos tratando en este artículo. También es muy importante que adoptes una postura correcta en actividades en las que tengas que flexionar el cuello y encorvar la espalda, ya que pueden producirte una fatiga muscular importante.  Si trabajas muchas horas sentado, seguro que más de una vez te has levantado de la silla con molestias en cuello o espalda.

Gracias a la tecnología, actualmente encontrarás en el mercado sillas ergonómicas, especialmente fabricadas para personas que se pasen las ocho horas de su jornada laboral sentados.  prevenir el dolor cervical Estas sillas se caracterizan porque pueden ser reguladas en función de tus necesidades en altura o ángulo del respaldo, además de contar con una forma óptima para garantizarte un reparto de presiones equilibrado de tu cuerpo. Así, te permitirán realizar tu trabajo de forma más eficiente, saludable y efectiva. 

Tratamiento para el dolor cervical

No existe un tratamiento único porque dependerá del diagnóstico que te haga un especialista. Para saber el estado de tu problema, deberás realizarte una exploración clínica exhaustiva que incluya la valoración de tus posturas, movilidad de cervicales y localización de zonas molestas. En algunos casos, también será necesario hacer una evaluación de tus nervios y músculos, radiografías del cuello o pruebas como un TAC o resonancia magnética. 

Si, por ejemplo, tu dolor es procedente de una inflamación, tu médico te indicará que guardes reposo, te dará medicación para reducir la inflamación y podría recomendarte el uso de collarín cervical por un período de tiempo determinado para reducir la movilidad de la zona. Los ejercicios de fisioterapia te ayudarán a liberar tensiones en el cuello y a tratar la dolencia con efectividad gracias a máquinas y tratamientos profesionales como el masaje. 

Las duchas con agua caliente a presión sobre la zona de cuello y hombros durante diez o quince minutos pueden ayudarte a relajar las tensiones de la zona. También, aplicarte una toalla húmeda sobre el cuello. Sin embargo, estos remedios caseros solo sirven para amainar las consecuencias de la lesión, nunca para curarlas. Por ello, es importante que visites a tu médico si el dolor persiste más allá de tres o cuatro días.

Consultar siempre al médico ante dolores prolongados

En el caso de que tu dolor sea crónico, posiblemente tu médico te derive a programas de rehabilitación que incluyan diferentes actividades de fisioterapia y te ayuden a prevenir la rigidez y tonificar y relajar los músculos. En casos más graves, como un disco con hernia, canal vertebral con un estrechamiento de huesos importante o traumatismos con inestabilidad vertebral, puede ser necesaria la cirugía para reducir la presión en la médula espinal o raíces nerviosas. tratamiento dolor cervical En todos los casos, te animamos a contactar con tu médico para que este pueda darte una solución eficaz y solucionar tu problema antes de que derive en otros más graves. 

Como conclusión, el dolor cervical puede provenir de diferentes causas, aunque la más común es adoptar malas posiciones durante mucho tiempo. Recuerda la importancia de contar con sillas ergonómicas si trabajas muchas horas sentado para reducir las consecuencias. Si percibes una molestia en el cuello continua o has hecho un giro brusco y desde entonces te molesta el cuello o padeces alguno de los síntomas descritos, dirígete a tu médico para que este pueda valorarte y darte un diagnóstico acertado.